18 d’abril, 2007

Hofstätter Gewürztraminer 2005


Siento admiración por este pedazo de Italia, el Alto Adige, situado en el extremo noreste de la Península, que es capaz de reunir, en un único territorio, peculiaridades del clima y el carácter mediterráneos, con alguna de las mejores esencias vitivinícolas de Centroeuropa: alma dividida, pero para beneficio de todos. Un riesling recientemente catado de la Cantina Falkenstein y este gewürztraminer de Hofstätter hacen que confirme esa intuición. (En la foto, una de los viñedos más bellos de la zona, el de la "tenuta Yngram".) Los Hofstätter constituyen una de las bodegas modélicas de la zona. Archiconocida y reconocida, animan una filosofía de trabajo en la bodega y en la viña, que me gusta, me encanta, vaya. No quiero dejar de decir que la página web de la bodega es, simplemente, de las mejores que conozco en el mundo entero. No dejéis de visitarla.


El responsable actual de la empresa es Martin Foradori Hofstätter (en la foto), descendiente del fundador de la bodega, Josef, poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Propiedades de la familia, sabiamente ampliadas a través de alianzas matrimoniales (los Hofstätter con los Foradori: nihil nouum sub sole), han acabado produciendo un panorama diversificado de viñedos y de uvas, en todo el territorio del Alto Adige, aunque la sede de la bodega y allí donde se hacen los vino sea Tramin-Termeno. Martin Foradori ha plantado variedades foráneas (syrah, petit verdot, etc.), pero aquellas que constituyen el alma de la casa son las locales: la más importante para ellos es la Traminer Aromatico (Gewürztraminer), seguida de la Lagrein, las Pinot nero y bianco... La Traminer es, creo, una de las estrellas de la casa y en su monovarietal me concentré hace unos días.


Para su realización, se busca la máxima extracción de la capacidad aromática de esta variedad: se obtiene el mosto de la uva y éste macera con los hollejos por unas horas. Tras un mínimo desfangado, el mosto fermenta a temperatura controlada de 20ºC y reposa seis meses en depósitos de acero. Es recomendable dejar descansar por lo menos el vino un año en botella, con lo que este 2005 (con 14% y una temperatura de servicio de 10-12ºC) empieza a estar ahora mismo en su momento bueno de consumo (óptimo en unos meses). Muestra un bello color dorado de intensidad media, brillante y con reflejos verdosos. A copa parada, te asalta un fragante y poderoso conjunto frutal: aromas de uva moscatel y de albaricoque maduro, acompañados por un leve matiz de flores secas. Su pasear por la copa es reposado y denso, algo glicérico, con una lágrima elegante y mandona. Su ataque es, también, intenso: se trata de un vino redondo en boca, de compensada acidez, dominado por un paladar goloso, que contrapone a ese carácter ligeramente dulzón un retrogusto dominado por recuerdos de flor blanca (de tilo) y de prado fresco en la humedad de la mañana.

Nosotros lo combinamos con un rape con langostinos y casó a las mil maravillas. Pero creo que sería también un gran compañero para nuestros quesos manchegos, semicurados y curados. Lo distribuye en España Enoteca d'Italia.

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