
Tentado he estado, esta mañana, de proponeros aquel juego de Forges tipo "adivinad en menos de segundos cinco semblanzas y cinco diferencias entre las dos fotos de vendimia". No lo propongo. Me quedo con deciros que se trata de dos de mis fotos preferidas y con la voluntad de cerrar con ellas este activo septiembre en mi cuaderno de notas. Han pasado más de cincuenta años entre una vendimia y la otra, se trata de gentes y paises distintos, de uva distinta, pero la cara de satisfacción de los vendimiadores ante el fruto cogido, los gestos de complicidad entre ellos, el cansancio patente en sus rostros son exactamente los mismos. Empieza ahora el momento de la verdad, ya en la bodega...
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