01 de febrer, 2008

Les Sorcières du Clos des Fèes 2006


Ya he hablado en otras ocasiones, en este cuaderno, de los vinos de Hervé Bizeul, uno de los productores del Rousillon francés que tiene fama y una buena reputación. No podré probar sus vinos más caros, sin duda (casi 200 euros su Sibérie: no haré bromas fáciles), pero me faltaba por comentar su básico (se puede comprar en Vila Viniteca por 13 euros). Este Les Sorcières (Côtes du Roussillon) está hecho con garnacha y cariñena de viñas viejas (entre 40 y 80 años) y jóvenes de syrah, casi a partes iguales (a tercios, pues). La uva la trasporta a la bodega refrigerada y ya en ella, hace una maceración prefermentativa a baja temperatura en depósitos de cemento y una fermentación ya habitual (temperatura controlada, varios remontes diarios). Pasa ocho meses en depósitos de madera donde completa la maloláctica. El vino sale con 13,5% y conviene servirlo sobre los 16ºC.

Es de capa media-alta y su color es el del fruto del granado, maduro, oscuro. A la vista es un vino brillante, ágil, casi ligero en copa. Los primeros olores me dejan algo perplejo: esperaba mucha fruta y encuentro cuero viejo y animales. No diré que me haya salido "rana" la botella pero el fantasma del Brett pasea sobre la mesa...Decanto (no lo había hecho), y al cabo de media hora, la cosa parece no pasar a mayores: aromas de cereza al horno (pongamos una de esas famosas cocas con cereza de Tarragona), mirto, sensaciones de bosque bajo, secundarios agradables (lías). En boca es un vino agradable, de taninos más bien astringentes pero sabrosos. En posgusto asoma el pastel de moras, algo de carne cruda y una de las vitaminas que tomaba yo cuando andaba corto de hierro (mineralidad ferruginosa, vaya). El vino remata con cierta sensación de humus (puré de garbanzos con especias), que no es algo que me parezca propio de él. Un vino agradable pero persiste la duda de si me ha tocado una botella mala. Me quedo con una sensación un poco agridulce. Al cabo de dos días (decidí hacer un experimento con lo que había quedado de la botella), el vino gana mucho, se abre más y sobre todo, su boca y su posgusto (moras maduras, ciruelas pasas) se vuelven mucho más placenteros que al principio. ¿Conclusión? Para gozar de este buen vino, 16ºC y una decantación de por lo menos una hora.

La foto del bosque bajo en el Roussillon BY Old Stone.

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