Confieso mi absoluta ignorancia de los vinos de Bulgaria. Hasta hace cuatro días, más allá de Zvetan Todoroff, apenas conocía nada del país. Para mi fortuna, Nedko Nedev (gerente y alma mater de Vinos de Bulgaria) y Juan Manuel Gonzalvo (enólogo de yVinos y asesor de Nedko para la selección de los vinos que importa) han acudido, rápidos y eficaces, a desasnarme. Vinos de Bulgaria es una nueva empresa que basa su negocio en el comercio en la red, sobre todo, y en la selección de vinos que importa: enormes palizas a lo largo y ancho de Bulgaria, en docenas de visitas, en cientos de pruebas. El país está en plena ebullición económica (ha entrado hace poco en la UE) y una de los aspectos que mejor responde a su historia (milenaria) pero, también, a su perfil y vocación de futuro, es la modernización del sector vitivinícola. Proceden de una poderosa tradición (tras la Segunda Guerra Mundia) de gran producción, de enormes bodegas cooperativas en todo el país (de las que apenas queda ya nada), pero tras la caída del Muro y la entrada en el mercado libre, no digo nada tras la llegada del dinero estructural de la UE (programa Sappard), muchas bodegas están cambiando su orientación.
Muchas de ellas dedican ya una parte importante de sus esfuerzos a los vinos de calidad, a mimar las producciones cada vez más bajas y a controlar las vinificaciones cada vez mejor. Nuevas instalaciones, nuevos asesores llevarán quién sade dónde... pero a día de hoy hay ya algunas realidades muy interesantes que merecen la pena ser conocidas: una buena variedad de zonas, un clima, una latitud, bastante parecidas a nuestra Rioja, uvas autóctonas que uno sólo puede probar en Bulgaria.... Tuvimos una sesión con Nedko y Juan Manuel hace poco, en que presentaron y comentaron una pequeña selección de vinos significativos. Tuvieron la amabilidad de invitarme y tomé algunas notas. Vaya por delante que no tenía referentes, es decir, era la primera vez que asistía a una cata organizada de vinos búlgaros. No sé si voy a meter la pata, pues, pero mis impresiones de lo catado fueron éstas. No escribo sobre las zonas de producción ni sobre la historia vinícola de Bulgaria porque la página web que he mostrado antes lleva ya toda la información pertinente.
Por orden de cata. El que menos me convenció fue el primero, un blanco de chardonnay fermentado en barrica de roble búlgaro, el Nobile 2007 de la bodega Logodaj: mucha madera en nariz, que no se va sino que sigue concentrándose, algo de acacia, volumen y vainilla, canela, pero, al fin y al cabo madera y lías sin ton ni son. Con el segundo empezó el festival de la cepa autóctona: un tinto joven, el más básico de la Bodega Pulden, Salta Terra 2006, monovarietal de mavrud, con 12,5%. Cuatro meses de barrica (seguro que bastante usada), para una variedad que me llevó directa a los vegetales recios y nobles de la foja tonda y la lagrein. Puede que le falte algo de estructura en boca, pero este mavrud básico me encantó: no aguanta mucho en copa (evoluciona bien en 3/4 de hora, después cae: pero ésa es una característica de todos los vinos catados, no los hacen ni para larga guarda ni para una evolución de horas en copa), pero tomado a 14-15ºC con verduras a la brasa, por ejemplo, es un vinazo. Y su precio, un escándalo vamos (hay que ir consultando la página web, porque se van actualizando, siempre con ofertas interesantes). El tercero me sorprendió casi tanto como la mavrud: un monovarietal de rubin (cruce de nebbiolo y syrah), el Nobile 2006 de Bodega Logodaj, un vino de capa alta, buena concentración, mucha cereza en alcohol, goloso y maduro, pimienta casi sobre un fondo dulce (como los dulces de la antigua Roma, vaya). Me llevó a los rincones del ripasso y evolucionó bien en copa casi una hora. El cuarto fue otro mavrud, el Unique 2005, de Bodega Pamidovo, con 12 meses de roble del país. No puedo decir mucho de él: empezó muy cerrado y siguió así casi toda la velada. Al final, sacó algo de la casta de la mavrud, pero tengo que darle otra oportunidad. La mavrud se la merece. Siguió un corte bordelés clásico (CS, merlot), de Terra Tangra, el Gran Reserva 2006. Grosella negra, balsámico, chocolate, concentración, poca tipicidad de la CS y mucha de la merlot en 18 meses de roble francés que pesan un poco sobre el vino, por ahora. El último vino probado fue el Emotion 2006 de Bodega Todoroff. Se trata de un ensamblaje de CS, merlot y mavrud que me hizo abrir definitivamente la nariz y las papilas a esta variedad. Este vino tracio resume un poco el alcance que las variedades francesas pueden tener en Bulgaria, donde la mavrud (con un 25%) hace, directamente, de CF: un vino fino y delicado, donde la fortaleza y excesos de la merlot quedan muy bien compensados por el repunte vegetal de la mavrud. Regaliz, pimienta negra, pimientos asados para un vino que tiene también un precio muy competitivo.Ésta ha sido una primera toma de contacto interesante de veras, pero Nedko y Juan Manuel no van a parar y me anuncian ya nuevos viajes para seleccionar más bodegas, para traer más variedades autóctonas (también tiene en almacén melnik y ruen y están a la búsqueda de buenos vinos con dimiat, misket tinta, gamza y panid) y, por lo tanto, nuevas ocasiones para celebrar esta redescubierta Bulgaria vitivinícola.














