30 de maig, 2009

El genoma del vino


Malena, de Somosene, tuvo la brillante idea. Marcelo Isarrualde puso su genio creador al servicio de la luz y de la tierra. Nuestros amigos bodegueros se prestaron al descubrimiento, con un saber estar que desborda la página escrita. Slow Vitis'09 se prestó gustoso y medió entre las partes. El resultado (completo, en esta entrada del Observatorio del Vino) es un primer esbozo de mapa del genoma del vino. Quiero decir con ello que cuando miro con detenimiento la foto de cada uno de nuestros bodegueros y asocio el sentimiento que me transmite con sus vinos, que he probado y conozco bien, sé que hemos topado con una idea bonita, con un proyecto estimulante: el DNA de ese organismo vivo, que son sus vinos, está intimamente relacionado con sus propias personas y con aquello que sabemos de ellas a través de la luz captada por Marcelo. Miro las fotos, veo sus vinos. Bebo sus vinos, reconozco a las personas tras la foto. Me gusta esa idea. Mucho. Disfrutadla.

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