Ayer por la noche tuve la suerte de poder asistir a una sesión memorable de Juancho Asenjo en Monvínic. El tema fue una de las pasiones (sino la que más) de Juancho: barolos y barbarescos. La sesión fue extraordinaria y me sirvió, entre otras muchas, para constatar dos cosas: los límites de mi conocimiento de algunos de los vinos y viticultores más significados del Piemonte (tener a Juancho delante comentando estos vinos significa, sin más, darse cuenta de que me harían falta varias reencarnaciones para llegar a rozar cuanto sabe) , por una parte. Y una reflexión que me hizo antes de empezar sobre la responsabilidad, jurídica por ejemplo, y penal, que el editor de un blog tiene en relación con lo que él firma y, sobre todo, con lo que cualquier persona publica en su blog. De los vinos probados y comentados por Juancho hablaré más adelante, en cuanto digiera el cúmulo de emociones recibidas (Giacosa, Roberto Voerzio, Sandrone, Pira enormes; Serralunga d'Alba emergió con una intensidad, profundidad y belleza demoledoras), pero en cuanto llegué por la noche a casa decidí activar de inmediato la moderación de comentarios que me permite Blogspot. Por dos razones: porque en los últimos tiempos ha cambiado el tono de algunos comentarios en el blog. Es cierto: también me considero responsable estético de este espacio y no me apetece leer según qué cosas en él. Si no me sirve para disfrutarlo al 100%, no sé para qué me sirve...Y porque Juancho me hizo dar cuenta, con algún caso real, de que también soy el responsable ante los tribunales de cuanto se escriba aquí, sea mío o no. Así pues, estos dos tipos de responsabilidad me han hecho tomar la decisión. Veremos cuanto aguanto...La foto de Juancho Asenjo procede del blog de Paco Berciano.














