14 de març, 2010

Movia Goriska Brda Lunar 2007

Fijaos en sus ojos vivos. Mirad sus manos robustas. Intuid su sonrisa y su charla. Este tipo se llama Aleš Kristiančič, tiene alma de roquero, cuerpo de agricultor, cerebro y formas de comunicador. De enorme comunicador. Escuchar cómo explica sus vinos (así mismo lo digo) es tan interesante como beberlos. Ambas cosas fueron lo más atractivo de una apasionante sesión que Monvínic preparó para que él (Movia) y su primo, Marjan Simčič (Simčič), nos introdujeran en los vinos de la parte eslovena del Collio (la Brda). Estamos en Friuli-Venezia Giula, en un territorio que no conoce (como tantos otros) de fronteras vínicas. Hay distintas formas de entender el cultivo, hay terruños diversos también y hay algunas variedades de uva reinantes. Tanto en Italia como en Eslovenia.

Ales Kristiancic

El "patito feo" de esas uvas autóctonas, la ribolla gialla ("rébula" en esloveno, "ribuele" en friulano), fue el hilo conductor de la cata. Es una uva de brotación algo tardía, de hollejo pruinoso, delgado y de maduración también tardía. Suele usarse más en ensamblajes que en vinos monovarietales. Y mi objetivo, claro, era entender cómo funcionaba la rébula eslovena, sola, en función del tipo de tierra que alimentara la cepa, del cultivo de la misma y de la vinificación que la acompañara. Saqué algunas conclusiones: a esta uva le gusta, más que a cualquier otra de la zona, la tierra calcárea ("opoca") con sedimentos marinos (de aquí salen siempre grandes vinos). A esta uva le gusta la orientación que permita buenas brisas marinas, sol de tarde y maduración y vendimia algo tardías (segunda mitad de septiembre). A esta uva le va, como a ninguna otra en la zona, el cultivo biodinámico. A esta uva le gusta la luna. ¿El mejor ejemplo?: el que da título a esta entrada. Aleš nos dio, en dos pinceladas y cuatro manotazos en el aire, una definición fantástica de qué y por qué lo hace: "su Lunar de Brda es un vino encontrado, descubierto, no inventado". En pocas palabras: ha salido el vino que ha salido, no se ha buscado ni provocado nada.

La planta es vieja, la planta es sabia. Cuanto menor sea la intervención, mejor. Tradición no exenta de investigación (hay que ver cómo són las "barricas" en que maduran sus vinos), tradición no exenta de riesgo (¿qué mínimo porcentaje de la fruta, del mosto, del vino que madura aprovecha Ales? ¿Un 10%?). Éxito al final porque su Lunar 2007 fue de lo más interesante que he probado en blancos de la zona en mucho tiempo. No por azar, por supuesto, me recordó a la airén de Samuel Cano, a la vijiriega de los Valenzuela. o a la fiano de los Zampaglione Un poco de oxidación, algo de reducción. Sí. Pero con la copa adecuada y la aireación, al cabo de media hora, esa rébula de Movia encuentra el camino de la nariz y de las partes más altas del cielo abierto: sabor de hollejo, olores de cantina, intensidad (nada agresiva) del aire marino, frescor de la mentucia, suavidad y contundencia de la salvia, fondo de alabastro. Un vinazo que, ahora mismo, no sabría donde comprar, aunque ... Beberlo sí, en Monvínic. Fue, de largo, el que más me gustó y llamó la atención.

Algo lejos quedan para mí otros vinos de la sesión y sus burbujas (las de Movia, también las de Primosič). No me ahorro, con todo, el placer de "presentaros" al personaje, proponiendo un sistema especial de apertura de su Puro (de pinot noir, método Charmat). ¡A Aleš no le gustan las cosas fáciles! ¡Y confieso que en italiano me gusta mucho más su charla que en inglés! Pero como aproximación, sirve. Sus vinos, como los de Simčič, como los de Primosič, como los de Gravner, como los de Jerman, hay que buscarlos y conocerlos. Pero os aconsejo que huyáis de las presentaciones más "comerciales" (sobre todo ensamblajes) y busquéis la pureza de la ribolla gialla, de la rébula. Es una experiencia que merece la pena.




La foto de Aleš procede de Wine and Spirits Magazine. ¡Doy las gracias al anónimo lector que me ha proporcionado los acentos sobre los apellidos eslovenos!

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