Alrededor de una preciosa mesa para quince personas, algunos amigos de la hermandad de Verema.com recibieron a "Doctortjk": no se trata de un héroe de ficción, no, sino de un amabilísimo, curioso, culto, amante de los vinos cirujano oftálmico mejicano, que firma sus comentarios en Verema con ese nombre.
Valente G. de Quevedo vino directamente de Londres acompañado de su esposa Ariadna y les recibimos (ETB -Joan Nadal- tuvieron de nuevo la gentileza de invitarme) en Gamvik (c/ Balmes, 165), un buen restaurante, que nos preparó un surtido de "cuartos" platillos, a cual más suculento: destacaría un carpaccio de bacalao con coulis de tomate; unos enokis delicadamente arropados en jamón y con salsa de soja y una butifarra esparracada, con setas y cebolla, aunque hubo mucho más y todo bueno. Los postres aportaron su brillante conclusión: coulants, souflés, "falsos huevos" chocolateados...Punto fuerte de la cena, ante tan preparada concurrencia, fue el servicio del vino, atento, cuidado y con una copería Spiegelau de impresión: si algún vino no salío a la mesa exactamente como debía fue "culpa" de las circunstancias: el montaje, divertido, consistió en que cada cual traía una botella de vino y el restaurante preparaba su servicio (un Viña Tondonia blanco del 81 se tiene que abrir y decantar, por lo menos, una hora antes del servicio: ¡y nosotros llegamos muy al filo de la hora de la cena!). ¡Dime con qué vino llegas y te diré quién eres! Esta máxima, adaptada, funcióno a la perfección.
José Luis trajo (tras breve y electrónico conciliábulo: ¡gracias!) una botella de manzanilla San León Reserva de la Familia, de Bodegas Argüeso. Se trata del escalón superior de las manzanillas (multipremiada, por lo demás: información completa en http://www.argueso.es) que, aunque siga el sistema tradicional de elaboración (hasta su encabezado a 15%, en noviembre), aporta una riqueza de aromas y sabores mayor que el resto de manzanillas por mí catadas. Servida a su buena temperatura (8-9 grados), esta manzanilla tiene una presentación visual de impacto: el color de la paja cuando empieza a amarillear. Es muy viva, brillante, límpida. Sus aromas aportan lo mejor de las callejuelas de Sanlúcar y de la bodega: sal marina y yodo a raudales; el hueso de la aceituna manzanilla a la hora del aperitivo; almendras un punto amargas. Su entrada al paladar es muy alegre y tiene mayor recorrido que el de otras manzanillas. Tiene cuerpo, no se acaba fácilmente, pero al mismo tiempo es fina, delicada, fresca. La tomamos con una tostadita de jamón y casó a las mil maravillas: Feria de Abril en estado puro. Delicioso aperitivo. Por supuesto, tomamos muchos otros e interesantes vinos, pero estoy seguro que Eduard ("Calamar") hará una brillante descripción en EsTintoBásico. Yo apuntaré alguna otra cosa en un próximo comentario.

Valente G. de Quevedo vino directamente de Londres acompañado de su esposa Ariadna y les recibimos (ETB -Joan Nadal- tuvieron de nuevo la gentileza de invitarme) en Gamvik (c/ Balmes, 165), un buen restaurante, que nos preparó un surtido de "cuartos" platillos, a cual más suculento: destacaría un carpaccio de bacalao con coulis de tomate; unos enokis delicadamente arropados en jamón y con salsa de soja y una butifarra esparracada, con setas y cebolla, aunque hubo mucho más y todo bueno. Los postres aportaron su brillante conclusión: coulants, souflés, "falsos huevos" chocolateados...Punto fuerte de la cena, ante tan preparada concurrencia, fue el servicio del vino, atento, cuidado y con una copería Spiegelau de impresión: si algún vino no salío a la mesa exactamente como debía fue "culpa" de las circunstancias: el montaje, divertido, consistió en que cada cual traía una botella de vino y el restaurante preparaba su servicio (un Viña Tondonia blanco del 81 se tiene que abrir y decantar, por lo menos, una hora antes del servicio: ¡y nosotros llegamos muy al filo de la hora de la cena!). ¡Dime con qué vino llegas y te diré quién eres! Esta máxima, adaptada, funcióno a la perfección.
José Luis trajo (tras breve y electrónico conciliábulo: ¡gracias!) una botella de manzanilla San León Reserva de la Familia, de Bodegas Argüeso. Se trata del escalón superior de las manzanillas (multipremiada, por lo demás: información completa en http://www.argueso.es) que, aunque siga el sistema tradicional de elaboración (hasta su encabezado a 15%, en noviembre), aporta una riqueza de aromas y sabores mayor que el resto de manzanillas por mí catadas. Servida a su buena temperatura (8-9 grados), esta manzanilla tiene una presentación visual de impacto: el color de la paja cuando empieza a amarillear. Es muy viva, brillante, límpida. Sus aromas aportan lo mejor de las callejuelas de Sanlúcar y de la bodega: sal marina y yodo a raudales; el hueso de la aceituna manzanilla a la hora del aperitivo; almendras un punto amargas. Su entrada al paladar es muy alegre y tiene mayor recorrido que el de otras manzanillas. Tiene cuerpo, no se acaba fácilmente, pero al mismo tiempo es fina, delicada, fresca. La tomamos con una tostadita de jamón y casó a las mil maravillas: Feria de Abril en estado puro. Delicioso aperitivo. Por supuesto, tomamos muchos otros e interesantes vinos, pero estoy seguro que Eduard ("Calamar") hará una brillante descripción en EsTintoBásico. Yo apuntaré alguna otra cosa en un próximo comentario.
A las 12 nos separamos, "cenicientas" en busca de la noche de Barcelona, habiendo cumplido cuanto nos propusimos: agasajar a los invitados, fortalecer vínculos (Eduard, José Luis, Damià, Ramon, Joan, Bibi), hacer nuevos amigos (Valente, Ariadna, Enric, Fede, Estrella, Frederic, Carme, Víctor) y todo ello alrededor de una buena mesa y de mejores vinos. ¡No es poco para los tiempos que corren!
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