25 d’octubre, 2006

Antica Osteria "da Giovanni"

Mi amiga Cris me dio el nombre y la direcciòn y nunca se lo agradeceré lo suficiente. No està lejos de casa (en la Via della Lungara 41/a, telf.06.6861514) y es de aquellos sitios que, literalmente, te salvan en una estancia larga. Es un restaurante mìnimo, con dos pequenyos ambientes (uno, delicioso, junto a la cocina) y no màs de 40 asientos, que mima la cocina romana pero que tiene, también, una carta con tres o cuatro pescados frescos cada dìa. Son gente discreta (casi no parecen romanos!), atenta, que dan un buen servicio, una mejor cocina y tienen, por si eso no fuera suficiente, unos precios que màs parecen sicilianos que romanos. Cierran el domingo. Un lugar de referencia, vaya, para quien quiera comer bien, tranquilamente y a buen precio en Roma. Y ademàs se encuentra a no màs de diez minutos de la parte màs tumultuosa del Trastevere! Una buena cena allì y un agradable paseo por lo mejor del Trastevere son una deliciosa opciòn. Su higado de ternera es fresquìsimo y sus pastas con legumbres son de lo mejor de la casa. Su pan "rùstico", tìpicamente romano, es de una austeridad y un sabor casi republicanos. Ayer estuve comiendo allì y tomé lo que véis en la foto, una superior "pasta e fagioli" (pasta con judìas) que con la "pasta e ceci" (pasta con garbanzos), es uno de los grandes monumentos de la panza romanos. Los de la foto (BY rosso99) son, digamos, secos: ellos los sirven con fideos algo gruesos, un caldo espeso con tomate y la judìa cocinada, y se comen con cuchara.

Los tomé con un Chianti Rufina Antico Borgaccio del 2004, del que no he sabido encontrar foto alguna. Lo siento. La zona toscana de Chianti es archiconocida de todos (en cualquier caso, quien quiera ampliar informaciones, tiene la fantàstica pàgina web de la denominaciòn de origen, que es "controllata e garantita" (www.chiantirufina.com) y que ofrece bonitas oportunidades de enoturismo. Esta botella del 2004, a 12,5%, presenta un ensamblaje de la mìtica uva sangiovese con la canaiolo y tiene un brillante color rubì, de capa media, muy limpio. Huele al arbusto de la mora, a algo de ciruela y, en retrogusto, a cuero y un matiz mineral. En boca es bastante plano, aunque un ligero carbònico ofrece un buen contrapunto a la pasta con que lo tomé. 16 grados es una buena temperatura para este Chianti que no es nada del otro jueves, pero que como vino de mesa, de diario, da una buena presencia.

Aprovecho la ocasiòn para llamaros la atenciòn sobre algo que està empezando a preocupar mucho por aquì: existe la posibilidad real de que, en el propio municipio de Rufina, se acabe instalando una megaincineradora, que con toda probabilidad se cargarìa el medio ambiente de una de las zonas vinìcolas màs privilegiadas de la Toscana y de Italia. Los blogs de Franco Ziliani y de Esalazioni Etiliche (a la derecha) llaman la atenciòn sobre el futuro problema y yo, modestamente, intento sumarme a esa llamada: hay que trabajar para que no vistamos un santo desvistiendo otro!


(foto BY larry ferrante)

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