Las formas de la "commedia dell'arte" dominan, todavìa hoy, la vida italiana, junto con el espìrito de los Goliardos: una forma alegre y desenfadada de ver la vida, aunque con buenas dosis de sabidurìa, de lecturas y de buen saber y mejor hacer. Todo ello se da cita en la Vineria-Enoteca "Al Grammelot" (Via Carini 39/39a, telf.06.5809166) de Roma.Un amable espacio casi cuadrado, trufado de pequenyas mesas de madera y de muchas botellas de vino, acoge a quien entra. Su propietario, siempre atento y dispuesto a explicarte cualquier detalle de lo que vas a comer o beber, parece casi salido del Falstaff: placer amoroso por lo que en su casa se ofrece, junto con contagiosas ganas de transmitirlo, empezando por uno mismo!
Tuve la suerte de vivir una muy agradable cena en él, invitado por unos amigos (recientes pero ya queridos) que parecen resumir, en dos, todas las virtudes del Renacimiento: placer por el redescubrimiento de lo Antiguo, arquitectura al poder, lecturas y viajes, aprecio por la belleza y la cultura, sea cual sea su extraccciòn... el espìritu de Paestum concentrado en dos personas, como si dijéramos (en la foto BY shapeshift).En "Al Grammelot", ademàs, coincidimos con el inicio de la llegada masiva del tartufo a los restaurantes italianos (trufas las hay todo el anyo, pero la calidad y la explosiòn gozosa de este tubérculo llega con los primeros frìos de octubre-noviembre) y la oferta era tentadora y variada: nos inclinamos por una delicada bresaola, recogida en un lecho de verde contraste (rùcola) y coronada por unas finas làminas de tartufo negro. Una delicia, aunque confieso que una receta que nos describieron, de huevo con tartufo (qué feliz combinaciòn!), queda para una pròxima visita. Junto con unos surtidos de quesos, ensaladas y embutidos varios, también carnes, decidimos acompanyar tales manjares con una botella de un Barbera d'Asti, "La Luna e il Falò", de 2003.
La denominaciòn de origen controlada Barbera d'Asti se encuentra en el Piemonte, entre los montes de Asti y Alessandria, y trabaja, sobre todo, con el varietal "barbera" (aunque se permiten pequenyas cantidades, siempre inferiores al 15%, de freisa, grignolino y dolcetto).
El vino que tomamos, todo él de frutos de las colinas de Asti, es monovarietal de barbera (confieso mi predilecciòn, en este momento de mi aprendizaje del vino italiano, por los monovarietales de uvas de la tierra), ha hecho una maceraciòn y fermentaciòn con hollejos de entre 15-20 dìas, a temperatura controlada de 28 grados. Pasa doce meses en barricas (un tercio siempre nuevas) de roble francés y ha salido al mercado con 14%.Es un vino de capa alta, concentrado en un profundo menisco que recuerda el rojo de los cardenales, que es el del fruto del granado, con un ribete de suave color rubì. Sus aromas son los de la mermelada de moras, de la regaliz en rama y del hinojo, con dulces recuerdos de las levaduras. En boca, se ofrece con taninos muy bien integrados en la madera, suaves, agradables y de trago placentero, aunque no tiene un largo posgusto. Un leve deje de sotobosque mediterràneo despide el trago.
El placer y el calor de la acogida, la atenciòn en la explicaciòn y en la comida, el agradable sabor del vino tomado y la literatura posàndose suavemente en todos los rincones del local (desde Homero, que es citado en el verso de la tarjeta del local! hasta Cesare Pavese: el nombre del vino es el de su ùltima obra) hacen que recomiende vivamente este local. Lo harìa también, por supuesto, por la companyìa que tuve. Pero aquì, aylas, cada cual tiene que buscarse la suya. Dime con quién vas...

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