19 de novembre, 2007

Milesim en Barcelona


Milesim es una empresa reciente en Barcelona, que en principio parecía se iba a dedicar sólo a vinos italianos (su subtítulo es "la passione del vino"), pero que también comercializa (para profesionales de la restauración, aunque también venden en su página web), vinos franceses y algunos españoles de calidad contrastada (Mas Doix, sin ir más lejos). Hace unos días tuvieron la amabilidad de invitarme a una cata de algunos de los vinos que importan, en el restaurante Vinyaroel. Polakia escribió no hace mucho sobre una experiencia similar. Reconozco que no era el mejor día para mí, justo después del cambio horario y con un complejo de "animal desorientado" y mal dormido notable. Pero me parece de toda justícia, en primer lugar, dar noticia también aquí de esta nueva casa y, en segundo lugar, hablar siquiera brevemente de los dos vinos que más me gustaron de la sesión.

El primero pertenece a una de las denominaciones que más alegrías me dan ultimamente, la Soave Classico, de la que creo haber cogido ya el perfil de calidad de sus mejores vinos: entre Ca'Rugate y su Monte Fiorentine y los de Pieropan, cualquiera... En este caso, presentaron un Monte Carbonare 2005 de Suavia. Se trata de una bodega de no muy larga tradición (aunque su nombre remonte a los orígenes del propio Soave), con viñedos en Fittà (Soave) a una altura de casi 300 metros, sobre terrenos volcánicos de textura arcillosa. Su Soave Classico es un vino muy reconocido, que ha alcanzado los Tre Bichieri del Gambero Rosso en 2006. Se trata de un monovarietal de garganega en pureza, de un brillante color amarillo bastante intenso, con fuertes y poderosos aromas de flor blanca, herbáceos en posgusto y de fruta de hueso madura (albaricoque). Es muy sabroso y sápido en boca, con estructura. Un vino para comprar (no es barato: sobre los 15 euros) y beber hasta el año que viene como mucho.


El segundo vino que más me gustó, aunque estaba algo cerrado y sabíamos que estábamos casi cometiendo un "infanticidio", fue el DOCG Barolo de Luigi Pira 2003. Se trata de una de las buenas bodegas de Serralunga d'Alba, pueblo de enorme tradición vitivinícola y con el que tengo una deuda y una visita pendientes (oi, Lluís?), de la que este nebbiolo en pureza representa un escalón básico pero muy digno de tener en cuenta. No estamos hablando de sus crus más famosos, en efecto (Marenca, Margheria, Vigna Rionda), pero este barolo del 2003 es, en mi humilde opinión, un gran vino para que el aficionado se inicie en el complicado y muy exigente sacerdocio del barolo. Ofrece alguna de las mayores virtudes de este vino y no exige mucho a cambio: es de un bonito color rubí de capa media e intensidad también medias y a copa parada asoman bellos aromas de fruta de bosque negra madura y de regaliz en rama. Es un vino ya bastante delicado en nariz, aunque en boca muestra en exceso el poder de la nebbiolo y es, todavía, algo astringente y con los taninos más bien duros. Al precio que se vende (sobre los 26-27 euros), muy adecuado para un futuro barolo de calidad, mi consejo es que se compren unas cuantas botellas y se deje afinar el vino en bodega por lo menos un par o tres de años más. Entonces saldrá el alma auténtica que este barolo lleva dentro.

Bienvenida sea, pues, esta nueva empresa que opera desde Barcelona y bien hallados y degustados estos vinos que seguirán haciendo las delicias, sobre todo italianas, de un público que en un par de años ha ganado años luz en su contacto con el panorama vitivinícola italiano, sin duda, uno de los más ricos y complejos del planeta Tierra.

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