Vuelvo muy contento de un día de trabajo en Zaragoza: el Ebro baja crecido, los ánimos de la ciudad están por las nubes (contentos con la inminencia de la Expo) y zarandajas de punciones aparte (no hablemos de trasvases, ¡por favor!), pasé muy buenas horas de trabajo y de compañía. Con unos queridos amigos, nos zampamos un par de botellas de parraleta de Ballabriga, el básico, y en el fragor de la conversación (y de la admiración por una actriz que rondaba por el local, apellidada Dueñas, y a la que mareaban no menos de cinco zánganos) salieron varios consejos más. Así es que antes de tomar el AVE, se convirtió casi en cuestión urgente encontrar una tienda bien surtida de vinos de la tierra. Y será que en esto de los caminos que me proporciona el vino tengo yo suerte, porque sin buscarlo y tras salir de una visita familiar, me topo casi de bruces con esta tienda, inaugurada hace bien poco: Vinoteca Latorre (muy cerca de la Gran Vía) es la punta de lanza de la Asociación de Bodegas y Vinos Selectos, y tienen una cuidada selección de vinos de Aragón (y de otros lugares, por supuesto), que es lo que a mí me interesa en Zaragoza.Mariví me atendió de maravilla, dimos un buen repaso a la bodega, estuve atento a sus consejos y, además, pude comprar alguna de las cosas que me habían comentado. Resultado: para el tren con una pequeña pero maravillosa cajita, que hará las delicias de unos cuantos próximamente: EVOHÉ 2006, Vino de la Tierra del Bajo Aragón (garnacha de viñas viejas), del que todos me dicen maravillas; MURERO 2004 (también monovarietal de garnachas viejísimas), Vino de la Tierra de la Ribera del Jiloca; y PARRALETA EMOCIÓN 2005 (monovarietal de parraleta), de Bodegas Ballabriga, en la DO Somontano. Pues eso: que algunos necesitamos poco para sentirnos felices. Y si rondáis por Zaragoza, ya sabéis donde ir a comprar buenos vinos.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada
Be patient, my friend!