08 de febrer, 2009

One from the Heart


Hace tiempo que no escribo sobre el contenido de otros blogs. Hoy merece la pena, hoy me sale del corazón hacerlo porque me duele que alguien pase por alto y no lea la crónica de un viaje muy especial que está publicando estos días Weirdo. Al patriarca Kracher le pasó lo peor que le puede suceder a un padre: sobrevivir a su hijo. Y a Fernando le pasó lo que a muchos de nosotros: un tipo de vinos, una bodega, una forma milenaria de entender la uva y la relación con la naturaleza, le cambió la vida. Sucedió en el Burgenland austríaco, en el lago Neusiedl, con Alois Kracher padre y su hijo, Alois (Luis) Kracher. Luis dejó su huella inmortal también en la Axarquía y su muerte prematura (en 2007), junto con el recuerdo de sus vinos, llevaron a Fernando a realizar un viaje en el recuerdo, un viaje al corazón de la uva botritizada, un viaje a la tumba de Luis Kracher. Ésta es la crónica de un viaje que hay que leer, que hay que compartir. Es el viaje de Fernando, sí, hecho por él y para él porque necesitaba hacerlo, pero como cualquier viaje iniciático, desde el ya lejano de Odiseo, es un viaje de todos y para todos. Las enseñanzas, los sentimientos de Fernando pueden, deben ser compartidos por todos. Los vinos de los Kracher, también.

La extraordinaria foto del lago Neusiedl helado es de Fernando Angulo.

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