05 de febrer, 2009

Enrico Orlando vino passito 2003

Sonia y Enrico Orlando son el prototipo de gente dedicada al mundo del vino que me gusta de veras: jóvenes, preparados y entusiastas, recogen una tradición familiar que arranca de la bisabuela de Enrico (la Signora Enrichetta, de donde viene el nombre actual de la bodega, Ca'Richeta) y la interpretan y transforman a la luz de la vocación de Enrico. Él es el enólogo y el responsable de que esta pequeña parcela de viñedo en un rincón extremo (mirando ya a Monferrato) de las Langas (en el pueblo de Castiglione Tinella), se dedique casi en exclusiva a los vinos pasificados con variedades blancas y tintas. También producen algunas botellas de Langhe Rosso (PN) y Nebbiolo d'Alba (nebbiolo), pero el corazón de esta gente es dulce, ¡no lo pueden negar!, y su vocación son los vinos hechos con uva pasificada. Conocen a fondo el proceso, saben qué hacer y cómo hacerlo y el resultado es un vino tan extraordinario como difícil de encontrar: la bodega no producirá, en total, más de 20 mil botellas anuales, y de este passito con variedades blancas, en 2003 salieron 1800 botellas. Moscatel, sauvignon blanc, sémillon y chardonnay son las variedades. La uva empieza su deshidratación en la propia cepa y tras la vendimia (por lo menos 30 días extra en la planta, con parte de la circulación de la savia cortada), se vendimia a mano y pasa a reposaderos ventilados y a cubierto para proseguir su pasificación.

El proceso puede prolongarse casi otros tres meses, hasta que la uva haya perdido cerca del 40% de su contenido hídrico. Fermentación natural, parada natural de la misma y sin clarificaciones ni filtraciones, el vino pasa ya a madurar en barricas y toneles de roble (no sé la procedencia) de tamaño variable, entre la bordelesa y la de 700 litros. Entre 18 y 24 meses de madera sirven a Enrico para llevar al límite el potencial sápido y aromático de este ensamblaje que, con 14%, conviene tomar sobre los 12-14ºC para saborearlo en plenitud.
Tiene el vino un color entre el ámbar intenso y el oro viejo, de una pureza extraordinaria, rayos de sol suaves, tibios, en un atardecer tras la lluvia en las colinas. Lágrima pequeña, compacta, persistente pasea por la copa. Higos pajareros todavía tiernos, orejones de albaricoque frescos, gran cuerpo en boca. Es un vino intenso en nariz, con un recorrido que no termina nunca, y que en el paladar se hace suave, delicado, casi fresco. Pasas de Corinto y ligeros aromas de botritis asoman con algo de temperatura: humus, tierra mojada, hojas en descomposición. Pausa. Reposo, este vino te da y no cesa: galletas de almendra, dulces almendrados, calabaza madura para el cabello de ángel, jalea real. Un punto de cola de carpintero y esa bollería del norte de Italia que, como la inglesa, sabe combinar magistralmente, la harina con la fruta seca y escarchada (plum cake, panettone). Una maravilla.


Es un vino jugoso, amable, delicioso, que calificaría de muy personal y bastante único en el panorama italiano. Es un vino que llega al mercado en un momento óptimo de consumo pero que puede aguantar y mejorar largos años en botella. Si se encuentra, hay que comprarlo, sin duda, porque su precio (creo que sobre los 14 euros) es casi ridículo. El buen hacer de Enrico, la claridad y elegancia de sus ideas con los vinos pasificados (auténtico estandarte de Ca'Richetta es este passito de variedades blancas, aunque también hace otro passito, rosso, que me gusta mucho, con brachetto y CS), la elegancia, entusiasmo parejo y discreción de Sonia, y el amor de ambos por esta tierra de las Langas y por su tradición vinícola, me desbordan, me tienen el corazón robado. Confirman, de nuevo, que cuando muera, quiero que me esparzan (sin que lo vea el juez, claro, ni la policía de fronteras...), entre las Langas, el Priorat y la Borgoña, para que algún día alguien, sin saberlo, acabe bebiéndome. Creo que sólo así conseguiré resucitar...hacerlo en una añada de hacia el 2050 de este Orlando passito (¡tampoco tengo prisa, ¿eh?) sería un sueño.

Las fotos primera y tercera son de Sonia Orlando.

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