16 de febrer, 2007

Pétalos del Bierzo 2005 en "La Teca"


La comarca de El Bierzo tiene una historia que corre paralela a la del Priorat: vinos de variedades poco apreciadas (la mencía, en este caso), con grados alcohólicos altos, ásperos llegan, poco a poco, a las manos de viticultores sabios, con gran amor por la tierra y por darle su expresión más pura. Sucedió hace ya más de veinte años con el Priorat y sucede ahora con El Bierzo. ¿Puntos en común? Pues los comentados, más unos viñedos en muchos casos casi prefiloxéricos en zonas montañosas, escarpadas, de difícil cultivo y acceso.

¿Otros? Pues sí, uno: Álvaro Palacios, quien en compañía de su sobrino Ricardo Pérez se instalan en Villafranca del Bierzo en 1999 y construyen una bodega, Descendientes de J. Palacios, bajo los principios de la biodinámica, es decir, de aquello que de toda la vida se había hecho en la viña. Los resultados son 15 ha de viñedos repartidos en más de 60 parcelas, que han producido vinos tan importantes como el Villa de Corullón, Finca La Faraona... Y por supuesto, el hermano menor de la gama, el Pétalos del Bierzo que es, con todo, uno de mis preferidos. Se trata de un vino monovarietal de mencía, con cuatro meses de barrica, 13,5% y un precio que ronda los 11-12 euros.

Se trata de un vino que conviene abrir una media hora antes de su consumo (a 16ºC) para que se exprese con mayor soltura, aunque no creo necesario decantarlo (el 2005 conviene consumirlo en los dos años siguientes). Es de capa media-alta, de un precioso e intenso color cereza picota madura. Tiene una gran presencia en la copa, con una capacidad de tintado grande y una lágrima persistente. Sus aromas son los de los frutos negros del bosque (arándanos), maduros, los del monte bajo (orégano), los de las flores (violeta) y los minerales (pedernal). En boca empieza discreto pero cuando se abre, es un portento: tiene cuerpo, empaque, es goloso, se ofrece con unos taninos amables, largos, y un posgusto que no te abandona con facilidad.

Sin duda se trata de uno de los grandes vinos de El Bierzo y de España (me atrevo a decirlo así), con pocos competidores que presenten un tinto con tanta calidad a un precio tan razonable. Lo bebo con cierta frecuencia y me parece que el 2005 es una de sus mejores añadas.


Lo tomamos con una amistad recién encontrada, en un sitio especial del barrio de La Ribera: La Teca. En la C/ dels Agullers de Barcelona, n.9 (telf. 933101145), se trata de la tienda de comestibles de Vila Viniteca, con un increible surtido de alimentos enlatados de la máxima calidad, con aceites, arroces, frutas, verduras, galletas, embutidos y, quizás lo más importante, quesos. Una de las cosas bonitas que puede hacerse es comprar la botella que te apetezca en la viniteca e ir a bebérsela a La Teca, con la comida que allí te sirvan. Tiene otra gran ventaja: el horno que está delante de la tienda es de aquellos de toda la vida, cuando entras en él es como si entraras en el tunel del tiempo (¡los olores de la infancia en el pueblo!) y hace unos panes (los de La Teca), de auténtico lujo. Tomamos un pan con tomate fantástico, de amplias, jugosas, sabrosas rebanadas, con buen jamón y mejor longaniza; después, siguieron unos quesos con su pan de semillas (un lujo el cabra de ceniza y el Stilton azul de 10 meses) y remató un hojaldre relleno de crema catalana quemada: qué maravilla. Las personas que te atienden son grandes profesionales, tanto del vino como del afinamiento y servicio de quesos. Salimos muy satisfechos y no sabría decir yo si por la buena comida, la mejor bebida o la excelente compañía.


La foto de El Bierzo BY Recuerdos Desconcertantes; la de los dos pétalos de violeta BY the cosmic cat.

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