24 de març, 2007

Enoturismo pascual: Pago del Vicario


Confieso mi debilidad por los vinos de esta bodega. Aunque Pago del Vicario es un proyecto bien reciente (2000), tiene ya algunas realidades que me parecen destacables: por supuesto, su rosado petit verdot que ha sido, quizás, su primer éxito rutilante, pero también, de los que he probado más recientemente, su Monagós, un tinto dominado por la syrah que es un auténtico placer.

En un entorno privilegiado (en las suaves laderas sobre el Guadiana, cerca de Ciudad Real y a los pies de la presa del Vicario), los hermanos Barco han construído un proyecto sólido, sobre los mejores fundamentos, que son los que dan los buenos vinos. No se han acogido a denominación de origen alguna, y guiados de la competente mano de la enóloga Mª Isabel Mijares, han levantado una bodega ejemplar, unos viñedos con variedades autóctonas y algunas extranjeras y un hotel de impresión. Al mismo tiempo, no descuidan ni las visitas guiadas ni un programa de catas a petición.


Si unimos a todo esto, que la bodega se encuentra cerca del Parque Natural de las Tablas de Daimiel, reserva de la biosfera desde 1981, y que una de mis pasiones es la de la observación de la naturaleza, en general, y la de los pájaros en particular, pues ya tenemos servida una estupenda "excusa" para pasar unos días de vacaciones de Pascua en este entorno. Sin duda, se trata de una de las áreas más emergentes e interesantes de la vitivinicultura española y espero que me dé ocasión para contaros, a la vuelta, más de una experiencia digna de ser compartida con todos vosotros.

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