25 de novembre, 2007

Zárate tras da viña 2004


Zárate es una bodega que tiene sus viñedos de albariño (en emparrado y en algunos casos, con cepas centenarias) en Pradenda, valle del Salnés (en la DO Rías Baixas) desde 1920. Su página web no cuenta nada especial ni de cuidados de la viña ni de vinificaciones de sus marcas ni tan siquiera de las marcas mismas. Tienen, por lo menos, un albariño llamado como la bodega misma, Zárate, que se comercializa con un concepto más de añada; otro llamado El Palomar, que ha pasado sus buenos meses en barrica de roble y este tercero, que es el que cayó en mis manos recientemente. Tras da viña 2004 es, como ya indicaban Pistoynopisto con El Palomar, un albariño de pago y atípico, pues el vino pasa treinta (30) meses en depósitos de acero inoxidable con sus lías, antes de ser embotellado y comercializado. Tiene 12,5% y conviene servirlo (no hace falta ni decantación ni, creo, mucha aireación previa) sobre los 8-9ºC.

Presenta un color amarillo bastante intenso, aunque todo él revestido de un brillo especial, algo verdoso, un punto oscuro. No se trata de un oro de joyería ni de un trigo maduro: es como si estuvieras viendo este tipo de amarillo pero a través de un filtro verde prado. Es un color que me gusta: difícil de encontrar, difícil para mí de definir. Como lo es, también, el conjunto de sensaciones que me ha dado este albariño especial: aromas de frescor inusitado, de yesca y de pedernal, de flor de tilo, con un trago de gran presencia en boca. Es un vino que deja un rastro algo secante, un punto amargoso, largamente vegetal y, más que otros detalles, muy fresco. Tras un rato en copa y con algo más de temperatura, persisten esas notas de prado húmedo, de hierba fresca y agradable por la mañana, junto con un frescor casi de "after eight". El conjunto se me antoja diferente a la mayoría de albariños que conozco, inusual en su viveza y frescor si miro su fecha de nacimiento (2004) y su vinificación (¡30 meses en lías!), pero que, sinceramente, me gusta, me atrae. Acompaña las buenas maneras de este albariño una clásica etiqueta y una bellísima botella borgoñona de espaldas muy caídas (junto con un tapón de larga guarda); por desgracia, no acompaña su precio, que ronda (excesivo para mí gusto) los 18 euros.

La foto del prado húmedo by 23rules.

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