
Peter Jakob es la onceava generación de Kühn (desde 1786) al frente de la bodega de Östrich-Winkel, en el curso medio del Rin (en pleno Rheingau, 50 km al este de Francoforte del Meno). No sé si será "literatura" porque no conozco personalmente al personaje, pero parece muy orgulloso de su condición de viticultor y hace gala de ello en su
página web. Con esmero por el cultivo de la tierra y con la etiqueta de ecológico (natural, por seguir con el tema de hace unos días), Kühn es una de las referencias en Alemania para la riesling y alguno de sus vinos ha cosechado grandes reconocimientos. Su Quarzit es uno de mis secos preferidos, de uvas cosechadas en su afamado pago de Doosberg, sobre terrenos de drenaje fluido, y arcillas entre cantos de cuarcita, de donde procede su atractiva mineralidad.

Con 13% (la foto es del 2006, conste, de
Estintobásico) y una temperatura de servicio sobre los 10ºC, presenta un color de oro joven, pero maduro al mismo tiempo, intenso y brillante. Su mineralidad es sutil y ligera (alguien lo llamaría de mineralidad debil), con aromas de pera conference y unas notas de humedad (tierra) interesantes. Ofrece gran frescor en boca y un mínimo punto de perlaje. Ese paso por boca es muy grande, intenso, y deja un poso de cierto amargor vegetal, junto con un recuerdo de flores blancas: margaritas húmedas recién cogidas. Su recorrido remata con aires de tierra mojada tras la lluvia y con aromas de cítricos recién exprimidos. Se trata de un seco muy satisfactorio que se puede encontrar sobre los 20 euros, creo recordar (¡¡¡necesito llevar un registro de compras y precios, lo sé!!!: para dudas,
Vinialia).

¿Y qué le echamos a este buen riesling? Pues resulta que mi santa pasó por nuestro proveedor habitual, se agenció unas colas de rape increíbles y, a la vuelta, descubrió, para su sorpresa, que la pescadera, nos había puesto en el zurrón unas gambitas descabezadas. Y me puse a la labor: un sofrito lento de cebolleta, tomate maduro rallado encima, sal, azúcar y una pizca de orégano. Cuando está al punto, le echo un traguito de Kühn, que se evapore y aromatice el conjunto y, a continuación, le echo un par de vasos de caldo de pescado que ya habremos hecho y reservado. Fuego lento, patatas del buffet cortadas a laminas muy finas, 10 minutos más y las colas de rape, que se salan en ese momento. Un cuarto de hora el conjunto con la chup-chup y se le echan las gambas. Cinco minutos más, otros 10 de reposo, y a la mesa. De escándalo, vaya, con el riesling seco del Rheingau.
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