Mi primera, general, sensación es que se trata de una añada con altibajos: se habla mucho de ella y en términos elogiosos. Pero yo siento obligado sólo por lo catado: no me atrevería a calificarla de histórica ni de extraordinaria en todas las zonas del país. Más que nunca, hay que afinar un poco. Como siempre, los vinos del año que se cata están bastante o muy por hacer: uno tiene que hacer cierta abstracción e intentar superar niveles de sulfuroso que, en nariz y ahora, son difíciles de llevar porque la botella hace, en esto, milagros. Uno tiene que pensar, también, que esta uva madura muy bien en botella y que cierta falta de expresión es “bastante” habitual en los primeros tiempos del vino. No hay que preocuparse mucho por faltas de mineralidad o por ausencia de características habituales en los vinos de una zona o una bodega concretas. Con la riesling (de hecho, con todo el vino), el tiempo siempre deja a cada cual en su lugar. Es recomendable, pues, fijarse mucho en el comportamiento en boca del vino y en su posgusto, siempre que hablemos de 2007. También se ofrecen en degustación otras variedades de uva (golden Muskateller, Gewürztraminer, sobre todo) y riesling con azúcares ya importantes, de añadas anteriores. Estos juegan con otros parámetros de valoración.Comentaré algo de estos últimos vinos, pero mi intención es ofrecerme, por así, decir y compartir con los amigos lectores de este cuaderno, unas notas de compra: a febrero de 2009, si yo tuviera que comprar, ¿qué haría? En cuanto a boca y a posgusto, 2007, en general, es una añada bastante vibrante, con volúmenes notables de cuerpo y acidez en boca y, probablemente, una añada que envejecerá muy bien en botella. A grandes rasgos, Pfalz y Nahe sobresalen algo, como zonas, del resto de lo catado. En Pfalz, los conjuntos (no hablemos todavía de individualidades) de Bürklin-Wolf (en Auslese), de Basserman-Jordan (sobre todo moscateles) y de Rebholz (todo), merecen ser destacados. En Nahe, casi un peldaño por encima de Pfalz, Dönnhoff y Schönleber (sobre todo este último), han sido para mí de lo mejor. Rheinhessen y Rheingau andan bastante por debajo en 2007 y Mosel-Saar-Ruwer es, quizás, la zona con más altibajos, con un Grans Fassian en su línea habitual (buena, vamos), un Fritz Haag y un Heymann-Löwenstein enormes (sobre todo el primero) y unos Prüm y Egon Müller algo más escasos. Si me tuviera que quedar con algunas bodegas y con la sensación general de que todo lo probado de ellas va en la dirección muy adecuada, éstas serían, en 2007, Schönleber y Fritz Haag. Pasemos a mi “lista de la compra” por bodegas. Digamos que si yo tuviera varios armarios botelleros vacíos o una enorme bodega, a temperatura estable de 10-12 ºC y 90% de humedad, me compraría cajas (sí, sí, cajas, que con La Diva no se juega: cuando se detecta algo bueno, hay que comprar y dejar que el tiempo obre maravillas en la botella) de lo siguiente (sólo apunto aquello que más me gustó):
De mis queridos Ökonomierat Rebholz (no me han hecho pasar ratos de placer esta gente…por cierto, una de las mejores imágenes de la jornada fue la de ver a padre e hijo atendiendo a la gente codo con codo y, después, ver cómo el heredero, que no tendrá más de 15 años y tiene un aspecto de Tazio de Muerte en Venezia que echa de espaldas, iba probando y bebiendo absolutamente de todo: pensé “estamos en buenas manos, sí señor”), me quedo, ahora mismo, con su Vom Muschenkalk 2007, con una boca muy fresca pero golosa al mismo tiempo. Y, qué queréis que os diga, así como suelen destacar por sus Muskateller, en esta ocasión me dejaron absolutamente enamorado sus Gewürztraminer: tanto su Spätlese 2007 como su Latt (Albersweiler) Auslese 2007 impresionan, sobre todo el segundo: hay que darle un poco de temperatura en paladar al vino, pero acaba sacando un jazmín escondido muy intenso, algo de geranio, dulce de membrillo a media cocción y azúcar. De estos compraría un par de cajas también.
Fritz Haag me ha convencido mucho en todo el conjunto que presentó. Su básico Fritz Haag Riesling, tiene un poco de residual, que se irá puliendo con un par de años, pero su boca es de las mejores. Su línea de Juffer Sonnenuhr 2007 (tanto el Spätlese, como el Auslese y el Auslese GK me parecieron de las más compactas, con un equilibrio y una boca enormes, que la nariz acompañará con unos años de paciencia. Para comprar y guardar. De Heymann-Löwenstein me impresionaron las bocas de su Schieferterrassen y de su Röttgen 2007 y, con un año más a sus espaldas, su Uhlen 2006 me ofreció una de las mineralidades más profundas de la sala, con gran cuerpo y estructura. No tengo datos de la analítica aquí, pero tiene un nivel algo alto de azúcar con una tremenda acidez: de éste, compraba un par de cajas por lo menos y repetía el ejercicio filantrópico que he comentado antes. Reichsgraf von Kesselstatt me supo a poco en todo lo que probé (Scharzhofberger y Josephshöfer sobre todo): poca nariz y poca estructura en boca. Habrá que tener paciencia con ellos...pondría a Joh.-Jos. Prüm en la misma categoría: sus Sonnenuhr 2007 necesitan larga guarda y que les demos otra oportunidad. El gran Maximim Grünhaus llegó con unos niveles de sulfuroso apreciables, pero haciendo abstracción, me compraría a montones su Abstberg (M) Superior 2007: con 21 gr/L de azúcar y una acidez de 8, este vino va a dar grandes alegrías a los aficionados en un par de años. Del gran Egon-Müller y su Scharzhofberger me quedo con su Kabinett 2007, con un punto de amargoso exuberante, muy interesante, y un cuerpo y acidez enormes y su Spätlese 2007, sin duda de los mejores de la sesión. Los lectores saben que no es una desviación por diagnosticar, que el Sekt alemán me gusta, pero en esta ocasión no probé nada digno de ser reseñado.
Quiero terminar dando las gracias a los organizadores de la sesión, a Josep Roca y Michael Wöhr; a Lluís Pablo y a Damià Amo; a todos los que colaboraron con ellos y a los bodegueros que, un año más, unidos, convirtieron esta cita en algo imprescindible para los amantes de la riesling. La lista actualizada de los precios se puede encontrar en la página web de Vinialia, recién inaugurada: Vinialia (¡felicidades, amigos!).
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